dimarts, 28 d’octubre del 2008

La Vall d'Aran

Ha sido un verano intenso... muy intenso "traileramente" hablando.

Con tan solo con un día de fiesta durante todos los meses de verano parecía que sería un periodo estival mas, sin mucha moto ni caminos en el calendario, pero afortunadamente no fue así. Cada jueves, o casi cada jueves, mi único día de fiesta, lo aproveché para recorrer caminos y hacer salidas de día entero. Se puede decir que, entre trabajar y trailear, ¡no he tenido ni un día de descanso en lo que ha durado el verano! Eso si... no me arrepiento de ir los viernes a trabajar con los brazos molidos de tantos quilómetros en la espalda (o en el culo...).



Puesto que casi cada salida fue por la zona de Andorra y Vall d'Aran, eran un mínimo de 500 quilómetros en un día, solo de subir y bajar. A veces, para evitarme la paliza, cargaba con la tienda de campaña o me quedaba a dormir en el campamento base de Marta y Javi, donde, juntamente con Roël, compartí una de las mejores rutas que he hecho este verano. Ir a pasar la noche fuera suponía salir después de trabajar y subir directamente a la zona alta de Catalunya, llegando hacia las 22 a destino, un pequeño sacrificio que merecía la pena, pues al día siguiente tenia más horas de pista para disfrutar de la compañía, la solitud, el paisaje y de mi moto.



Pasar del calor y el bochorno de la costa al fresquito y ambiente mucho más seco de la montaña también era un lujo que me motivaba cada semana. Incluso la semana que recorrimos la zona de la Vall d'Aran saliendo desde la Vall de Cardós tuve que ponerme la chaqueta, pues cuando llegas a los 2200 metros y con niebla, ¡no hay verano que valga!



Algunos de los problemas que puedes encontrarte en verano cuando recorres zonas de alta montaña en donde seguro nieva en invierno es que durante los meses de bonanza climatológica aprovechan para reparar caminos o hacer tareas que, normalmente, imposibilitan el paso de vehículos por la zona. De todas formas, con los detalladísimos mapas que llevaba Roel no nos costó encontrar alternativas de paso. Cuanta verdad hay en que la gente de fuera conoce mejor lo nuestro que nosotros mismos... ¡y muchas veces también lo valoran más!



En la ruta que compartí con los Nufenens y Roel incluso pasamos por un pueblo fantasma...



...que con la niebla que había aún ambientaba mas tan pintoresco escenario.



La pista subía y subía, típico terreno pirenaico, mucha pizarra y mucha piedra cortante escondida en el suelo, que de vez en cuando asomaba la cabeza y que te puede provocar algún que otro pinchazo como la cojas de pleno. El verde no dejó de acompañarnos durante todo el día, menos cuando sobrepasamos la altitud por encima la que ya no se ven muchos árboles.



Siempre me ha hecho mucha gracia encontrarme a gente de la zona que utiliza a diario los mismos caminos que nosotros cogemos de vez en cuando. Para esa gente, lo que es para nosotros unos paisajes de ensueño, es su hogar. Además, tiene que ser divertido para ellos ver como un grupito de personajes se ponen todas las armaduras para recorrer unas pistas que ellos hacen solo una mano en el volante y ¡una oveja en el maletero!



Os habéis dado cuenta que pequeña se ve la ex-125 de Nufenena al lado de la Adv990?



Durante toda la jornada nos acompañaron unas nubes bajas...



... lo que no pensábamos es que íbamos a adentrarnos en ellas...



Si conducir por caminos de alta montaña ya requiere algo de concentración, imaginaos si no veis nada... Normalmente los laterales de estos caminos acaban en unas fuertes pendientes, casi precipicios, y están llenos de badenes hechos por el agua durante la temporada de deshielo. De todas formas eso no fue problema y ninguno de nosotros hizo descenso libre... eso sí, ¡pasamos frio en pleno verano!





Poco a poco el GPS empezó a restar metros a la máxima altitud que alcanzamos en esa localización, sobre los 2200 metros, y la niebla poco a poco empezaba a desaparecer.



Ya pocos km's de pistas quedaban, pero el espectáculo no había acabado aún...



... y es que el Port de la Bonaigua con los grupos de caballos pastando libremente por doquier es siempre una instantánea que no debemos despreciar.



De vez en cuando un alto en el camino se agradece...



... e incluso la piedra más tonta del camino es una butaca de lujo...



... con unas vistas de lujo...





El día iba avanzando pero no estábamos cansados, o al menos eso decíamos... Estando en la Vall d'Aran no podíamos dejar de visitar Montgarri.



Eso sí, solo visitar...





... y como mucho comer algún bocadillo, ¡porque los precios eran de escándalo! Claro que dada la localización del restaurante era de esperar...



Ya de vuelta al campamento base surgió una de las escenas que más me gusta encontrarme en estos pasos...



Poco más de sí daba ya el día y nos volvimos al camping. A mí me quedaban aun mas de 200 km's hasta casa y seguro se me haría de noche, aunque no era problema después de haber compartido estos momentos, estos paisajes y ese bocadillos de beicon de más de 5 euros con una gente fantástica...





...para casa a dormir que mañana tocaba trabajar...


dimarts, 7 d’octubre del 2008

Sort y los contrabandistas

(Algunas de las fotos de esta crónica son de Amoteros)

Algo se cocía en el sector Tarragoní... y el comando GarrafOn tubo que ir a investigar...



4:30 de la mañana, en pie y vestido para estar ya a las 5 rodando hacia Bellpuig, donde había quedado con Javi y Marta a las 7:00, como siempre buscando carreteras secundarias, lo que me llevó 2 horas de camino a unas temperaturas bastante bajas que me pillaron por sorpresa, pues no iba yo muy preparado para soportarlas... Que pasé un frío de narices vaya!



Después de poner gasolina y tomar un café con leche, de máquina pero calentito, llegaron las dos fieras del trail, Javi con su flamante KTM 990 Adv y Marta con su GS calzando mixtas (suerte que iba con mixtas, sino no la pillamos).



Quedaba aún hora y media de camino, con lo cual nos pusimos en marcha hacia Sort, donde habíamos quedado para espiar los movimientos de un grupo de traileros que ya habían emprendido el camino un día antes, todo por pistas. Eso si, paramos a desayunar que con el estomago vacío uno no puede darle al gas, las subidas parecen mas empinadas y las piedras mas grandes.

Por fin llegamos a Sort donde pudimos contemplar como ya había un grupito de gente, antes de abrir, en la puerta de la Bruixa d'Or, donde venden lotería de navidad. De todas formas nosotros buscábamos un perfil de personajes distintos... y los encontramos en una gasolinera próxima. Ahí estaban... con sus motos y vestidos de romanos... esperando a que alguien dijera: -Vamos ya o que? Que tengo hambre!- Y es que el final de la ruta era Tor, donde nos esperaban para comer embutidos y carnes a la brasa.



Por cierto, al final decidimos no ocultarnos mas y saludar a la gente para unirnos a ellos en vez de espiar sus movimientos entre las sombras, llámalas sombras o llámalas nubes de polvo, porque si algo hay por la zona es polvo! Madre mía que seco está todo...



Pistas rápidas y polvorientas son las que nos acompañaron todo el camino. Aún así el tipo de terreno de la zona es muy traicionero pues, aunque rápido, siempre esconde algún socavón (o socabrón, depende si te caes o no) o piedra afilada que te hace botar inesperadamente o, en el peor de los casos, pinchar, como pasó en dos o tres ocasiones a dos o tres compañeros de ruta.



Al poco de pistear por unos paisajes de lujo llegamos al “Refugi de la Basseta”, en Sant Joan de l'Erm. Desde ahí empieza la pista que nos llevaría hasta Andorra para buscar la pista a Tor después de recorrer varios quilómetros por tierras andorranas.



He estado ya varias veces por esa zona, sea de acampada, a pie, en coche o moto y nunca me canso de visitar estos parajes. Sin duda una de mis zonas favoritas para ir a pasar los pocos días libres que tengo.



Después del reagrupamiento en la Basseta, cogimos la pista que nos llevaría hasta Santa Magdalena, atravesando un par de badeos.







Ya, hasta Os de Civís, queda poco y sin muchas mas paradas llegamos sin mas incidentes que un pinchazo que hizo replantear la ruta a Ciscu por unos momentos, aunque seguimos con el plan inicial al encontrarnos en un punto medio del recorrido.



Ya con todos agrupados de nuevo hasta Os de Civís fue un paseo, durante el cual hasta Javi (Nufenen) se hizo amigo de un hombre que, recogiendo setas, no sabia ni donde estaba y que le propuso que le bajara en moto hasta el pueblo... Parece ser que la sensatez de Javi le obligó a decirle que lo sentía mucho pero que la moto era nueva, pesaba bastante (la moto, no el hombre…) y no quería arriesgar... eso si, le indicó la dirección que tenia que seguir y además no estaba lejos de Os de Civís. Esperemos que la próxima vez que pasemos no esté allí sentado esperando si alguien le lleva...



Desde Os de Civís cogimos asfalto hasta la entrada de la siguiente pista que nos llevaría a Tor. En territorio andorrano pusimos gasolina y algún que otro producto típico de la zona se compró... y es que... que tendrá Andorra que siempre que vas te gastas pelas en sus tiendas...



Ya con un hambre que me desmayaba (y Javi no quería dejar comernos el bocadillo para desayunar...) cogimos tierra, a unos 2000 metros de altura entre árboles, badeos, vacas y caballos llegamos a Tor donde varios perros y la comida nos esperaban...



A comer!!