dissabte, 6 de desembre del 2008

Geocachés del Molí de Vent i del Camí de les Mesquites

Hoy me he levantado perezoso y eso no puede ser… Ya me levanto perezoso de lunes a viernes, solo faltaría que el fin de semana también…

Cámara, GPS, las llaves de la moto (igual si me he levantado un pelín perezoso...), el móvil, todo en la bolsa y de camino a buscar algún geocaché escondido por el mundo. Busco los más cercanos a mi posición actual y veo que hay dos, uno de ellos de camino al otro, ¡genial!

El primero, el del Molí de Vent, está situado en un parque público en Vilanova i la Geltrú, bastante alejado del centro del pueblo, un lugar genial para que las familias vayan a buscarlo sin tener que desplazarse grandes distancias ni encontrarse alguna dificultad por el terreno.

La verdad es que me ha costado un rato encontrar la localización del “tesoro”, muy bien escondido, pues no estaba hoy la precisión de mi GPS muy puesta en faena... ¡pero al fin lo tengo!



Un geocaché de pequeñas dimensiones y sin espacio para objetos ni lápiz en él (importante no olvidarte de traer algo para escribir), sólo unas hojas para poder dejar tu testimonio, aún así, un buen caché por Gubrist.

Después de dejar todo donde y como estaba, empecé a dirigirme hacia el siguiente destino, el camí de les Mesquites.



Cerca del inicio de este camino encontramos la primera pista, y única, para encontrar la localización final, puesto que es un multicache (varias pistas te llevan al punto final donde se encuentra el caché). Al cabo de unos cientos de metros dejo la moto en un lado del camino y sigo mi búsqueda a pié.



Mientras busco empiezo a pensar, al mirar a mi alrededor, que hace no muchos años debía ser una zona con bastantes habitantes, seguramente dedicados a la ganadería y al campo (podemos encontrar bastantes viñedos por los alrededores), por las numerosas masías y casas en ruinas que hay en el lugar. También hay varias (al menos dos) cabañas de pastor, una de ellas reconstruida y en perfecto estado, en un lado del camino del Mas del Artís.

Me salgo del camino principal siguiendo la trayectoria que me marca el GPS y en pocos minutos llego al punto exacto, rodeado de Margallons, que parecian proteger el paradero de la pista con sus afiladas puntas.



De repente empiezo a oír perros y gente hablando… cazadores… pues vaya que bien… y yo entre arbustos buscando “tesoros”… por suerte no me han disparado pensándose que era algún animal… miedo me dan! Vigilando que no vean la localización de lo que estoy buscando, lo cojo disimuladamente y me voy unos metros más allá para descubrir que esconde en su interior la “cajita rosa”.



¡Perfecto! ¡Una pista más clara imposible! ¡¡Las coordenadas finales!!

Una vez introducidas en el GPS me doy cuenta, a simple vista, de donde se encuentra el geocaché. ¡Si no he pasado 100 veces en bici, a pie, en moto, no he pasado ninguna! ¡Incluso me he parado varias veces al lado para admirar el paisaje! Antes de ponerme en marcha hago un par de fotos mas a la zona y una dedicada a Laie (gràcies per comentar al blog de tant en quan), no es nada del otro mundo pero ¡está hecha con macro!



Al poco rato de rodar llego al destino, después de una subida muy dura (si vas en bici o andando claro…) y me pongo a hacer fotos…



… y a buscar el caché, por supuesto… que me cuesta como 15 minutos encontrar… en parte porque durante un periodo de 4 minutos no han dejado de pasar muggles (gente que no sabe que es un geocaché, y si, se llaman como los no mágicos de Harry Potter…) pero al fin estaba allí, justo donde debía estar.



Y nada, con una imagen de unos de mis próximos objetivos os dejo… mañana más!


dilluns, 1 de desembre del 2008

Geocaché dels Colls

Mi primer geocaché encontrado!



Este fin de semana he dejado la moto aparcada y me he llevado a mi perra para andar un poquito y acercarme a la Ruta de les Cales, camino que une Vilanova i la Geltrú con Sitges bordeando la costa. La vegetación es claramente mediterránea y, mientras atravesamos varios pinares, podemos observar multitud de “Margallons”, planta típica de la zona y protegida.



El tipo de camino no aguarda sorpresas, estamos en la costa y en el Garraf, por lo que abran piedras enormes enterradas por doquier que nos enseñaran tímidamente la cabeza y que nos acompañarán en los 30 o 40 minutitos que dura el trayecto intentando continuamente que nos torzamos el tobillo (un buen calzado nunca está de más).

Acostumbrado aún a que los días duren bastantes más horas que lo que ahora duran en esta época del año, se me hizo de noche antes de llegar al destino en mi primer intento. De hecho ya lo tenía medio planeado, de ahí que llevara conmigo mi linterna de cabeza y el trípode (con la cámara, claro…). Hacía poco que había parado de llover y en el cielo aún quedaban restos de nubes, por lo que la puesta de sol seria preciosa.

Este geocaché está formado por 4 coordenadas a lo largo de la ruta que nos irán desvelando pistas sobre la coordenada final que deberemos seguir con el GPS para encontrar el tesoro, y ahí está la gracia especial de este en concreto, pues normalmente se da un solo punto a buscar y no “un juego de pistas”. Una iniciativa genial por parte de su creador.



I aquí empieza la búsqueda…

Como veréis, ya al inicio quedaban escasamente 45 minutos de sol, tiempo justo para recopilar las 4 pistas necesarias para ir, al día siguiente, en busca del geocaché.

La primera etapa acabó con unas vistas espectaculares…



Incluso me dio tiempo de jugar un poco con la cámara…



…las luces…



…i también con el movimiento…



…que aunque no se aprecie muy bien era un intento de larga exposición en el mar para crear un efecto muy chulo, si sabes hacerlo… tendremos que seguir practicando…

Día 2 de búsqueda, domingo, 9 de la mañana, esta vez en moto hasta el límite del camino donde ya no se puede circular más con vehículos de motor. Seguiremos a pié pues. Encendemos el GPS, introducimos el waypoint y voila, nos encontramos a tan solo 1 kilometro del destino, eso sí, en línea recta, que serán unos 2 kilómetros totales, 4 contando la vuelta. En una hora debería estar de regreso, contando el desayuno, las fotos y el apalanque. ¡En marcha!

Esta vez sin Ona, mi perra Golden, puedo centrarme más en perderme por la zona y buscar atajos que, en más de una ocasión no me hicieron ganar nada… eso sí, encontré bastantes marcas de hoyos que, posiblemente, había dejado algún animal (¿un jabalí?) la noche anterior, lo que está claro es que un conejo no era…

Muchas veces pasamos al lado de estos refugios y no les hacemos caso.



Están dispersos por toda nuestra geografía y, no sé si es el caso de este, en su gran mayoría servían a los pastores para resguardarse de la noche.

Ah, por cierto, la “Ruta de les Cales” forma parte del GR-92 (código de color blanco y rojo), llamado “el sender del Mediterrani”, con el que se puede ir desde Portbou hasta Ulldecona, mas de 500 kms en total.