divendres, 21 de març del 2008

Hoy toca Begues!

Hoy he llegado pronto y sin prisas, al final será verdad que levantarse una hora antes hace que no llegues tarde…

De camino hacia el punto de reunión me he cruzado con una Ténéré blanquita en la que iba subido un individuo con casco de igual color. Inconfundible! Era Mioli que a última hora se ha podido unir al grupo. Esta vez hemos ido Nufenen y Marta, Mioli, Marmar, Mònica y un servidor. Por cierto, la Xr de Marmar ha arrancado y ha podido acompañarnos, aunque no antes de echarle un litro de aceite, que siempre viene bien, pues por todos es sabido que con aceite los motores suelen rodar mejor.

Nuestra primera parada ha sido en Ribes, donde hemos repostado y desinchado neumáticos, y donde hemos decidido un poquito la ruta de hoy, pues solo teníamos claro que queríamos desayunar en algún sitio… Al final se ha decidido ir hasta Begues, guiados por Mònica hasta la Plana Novella y por Marmar hasta Begues. Pocos metros después del relevo de Mónica por Marmar nos hemos encontrado con un charco, parecido al Mediterráneo, en todo el medio del camino. Marmar, después de sondear si queríamos ensuciarnos o no, ha pasado y seguidamente Mònica. Nosotros, al ver como botaba el quad por la gran cantidad de piedras escondidas que albergaba ese pequeño mar en su fondo, y haciendo caso de los gritos de Marmar (algo así como: No paséis, no paséis…) decidimos coger una alternativa, no sin antes ver como Marmar tenia que encender su Xr en medio del charco hundiendo el pie en el agua (si, la Xr se enciende a patada…). Justo en ese momento se me han acabado las pilas de la cámara y es por esto que no hoy no hay fotos… (alguna de Nufenen con el móvil y poco mas).

Finalmente llegamos a Begues, muy pronto para desayunar, así pues, Marmar tomó la iniciativa de preguntarle a un ciclista autóctono el camino hasta Olesa de Bonesvalls, donde, por fin, desayunaríamos. La pista de Begues a Olesa a resultado ser una pasada. Unos parajes impresionantes donde maldecía a las pilas recargables y su corta duración. El camino era muy pedregoso en algunos tramos, y ya se sabe, muchas piedras mas 200 quilos de moto equivale a caídas en “casi” parado. Por suerte no ha sido nada, otra herida más de guerra para mi Pegui. Eso si, lo primero que he hecho, incluso antes de mirar el golpetazo en la pierna que me ha arreado la muy burra al caerme casi encima, a sido mirar la pieza que rompió Repopis en aquella desafortunada salida… Por suerte no ha sido nada… Aunque por unos quilómetros no me he vuelto a sentir cómodo en la montura, seguramente por miedo.

Poco antes de parar a desayunar, Marta a decidido meterse en una zanja de esas que se crean en los caminos por culpa del agua. La verdad es que era una bajada arenosa muy muy inclinada con zanjas por doquier. No ha pasado nada y, después de evitar que mi moto se fuera sin mí por no ponerle la marcha al bajar de ella en pendiente, sacamos la de Marta del agujero y seguimos hasta el asfalto que nos llevaría al restaurante.

Vaya desayuno! Nos lo hemos ganado, si señor! Y lo que aún nos queda por hacer.

La vuelta la hemos hecho por pistas anchas que nos han llevado ya, sin mas contratiempos hasta el “camí de la Fita”, donde nos hemos desviado hacia Ribes. Eso de sin contratiempos es un decir, puesto que ha guiado Nufenen y nos ha llevado por algún tramo en el que, sobretodo el quad, por ancho, ha tenido dificultades (Eh! Y lo bien que nos lo hemos pasado apartando árboles? Bien… eran matorrales, pero muy grandes…). En este tramo Marmar ya se ha descolgado del grupo para volver mas rápido a casa, ya se estaba haciendo la hora de comer.

Después de otro tramo de pista, un trozo de carretera y las inevitables urbanizaciones de las zona cercana a Canyelles, hemos llegado al inicio del camino que nos conduce a Canyelles, donde Mioli se ha despedido de nosotros y Mònica también ha seguido por su cuenta hasta su casa.

Ya solo quedamos tres y nos dirigimos hacia Casa Alta para coger la pista de Castellet, donde Nufenen cogerá el mando para llevarnos hasta Cubellas, donde me despido de ellos y vuelvo a casa.

Ha sido una ruta improvisada y no podía habernos quedado mejor, además, ha quedado demostrado que cuando el guía es Nufenen hay siempre alguna enfangada…


Link a Motostrail